BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA FACULTAD DE VETERINARIA
DE LA UNIVERSIDAD DE LEÓN
Redacción basada en la obra de D. Miguel Cordero del Campillo:
La Universidad de León, de la Escuela de Veterinaria a la Universidad.
Editorial Everest, S.A. León. 1983.
Dibujos de Dª. Teresa María López Díaz
Es creada como Escuela Subalterna de Veterinaria por Real Orden de 16 de marzo de 1852. Era el cuarto Centro de enseñanza veterinaria en España después del de Madrid (1788) y de los de Córdoba y Zaragoza (1847). Fue ubicada, en principio, en el antiguo Convento de San Marcos, en el que permaneció hasta 1860.
Posteriormente se trasladó al, también, antiguo Convento de los Descalzos, donde estuvo instalada hasta 1932.
Volvería después a San Marcos de 1932 a 1939 y de nuevo a los Descalzos de 1940 a 1947.
En este último año inauguró un edificio de nueva construcción, aunque inicialmente proyectado con otros fines, en el Paseo de Papalaguinda. Más tarde este paseo sería desdoblado en dos vías paralelas denominándose la correspondiente a nuestro Centro Avenida de la Facultad de Veterinaria.
En años posteriores el edificio adquirió su forma externa definitiva cuando se ampliaron dependencias y se añadieron nuevas plantas.
En esta nueva ubicación, el anterior edificio se convirtió en el Pabellón de Gobierno «El Albéitar», sede del Rectorado de la Universidad de León.
Un antiguo alumno de la Escuela de Veterinaria de León, D. Félix Gordón Ordás, dará un giro trascendental a la profesión veterinaria y su enseñanza en 1931. Los cambios incluyeron los niveles político, organizativo y académico. Los resultados fueron una unidad de acción entre todos los niveles, una dignificación de la profesión veterinaria en general y una modernización definitiva de la enseñanza cuya validez incluso llega hasta nuestros días. Esta última comprendía aspectos tan en vigor hoy en día como considerar la formación de profesionales veterinarios como su misión primordial, el aprovechamiento óptimo de las relaciones con otras ciencias, el incremento de la enseñanza práctica, la existencia de asignaturas optativas y la investigación y divulgación científica. Con estos fines generales, se diseñó un minucioso Plan de Estudios, dividido en semestres, caracterizado por la seriedad en sus planteamientos, la intensidad del trabajo en su ejecución y la permanente intención de formar profesionales veterinarios completos, dignos y con bases científicas amplias y profundas. La importancia de esta labor y las circunstancias políticas y personales de D. Félix Gordón Ordás le hacen, sin duda, merecedor de ser considerado el más ilustre alumno que ha pasado por la Facultad de Veterinaria de León en su siglo y medio de historia. La guerra civil, evidentemente, también cambió el escenario de nuestra historia profesional. En 1940 se promulgó un nuevo Plan de Estudios que supuso un paso atrás. En 1943, las Escuelas Superiores de Veterinaria son transformadas en Facultades. Se eligió como Patrono a San Francisco de Asís, como color académico el verde y, más tarde, como emblema al centauro Quirón. Además de los cambios administrativos, en 1944 entró en vigor un nuevo Plan de Estudios, conocido con el nombre del ministro D. José Ibáñez Martín. A pesar de los cambios en la forma, el fondo de este último Plan era similar al anterior.
El Centro leonés fue creado como Escuela Subalterna de Veterinaria, en igualdad de condiciones con los ya existentes en Córdoba y Zaragoza. Únicamente la de Madrid tenía una categoría superior. Esta diferenciación se traducía, entre otros aspectos, en un Plan de Estudios de cinco años en Madrid y de tres en las Escuelas Subalternas. Los alumnos procedentes de éstas debían superar un examen para poder completar sus estudios en Madrid y obtener el título de primera clase. De no hacerlo, la titulación de segunda clase tenía unas atribuciones notablemente limitadas.
En 1857, la Ley de Instrucción Pública, al margen de otras disposiciones de gran trascendencia, adscribe las Escuelas de Veterinaria a una Universidad. En el caso de la de León, pertenecerá en adelante a la Universidad de Oviedo. La distancia entre veterinarios de primera y segunda clase se reduce y desaparece la calificación de Subalternas de las Escuelas de Córdoba, Zaragoza y León. La unificación de títulos de las diferentes Escuelas no se produciría hasta 1871 con la entrada en vigor de un nuevo Plan de Estudios. El siguiente Plan, promulgado en 1912, se implantaría en un centro más, al haberse creado en 1882 una nueva Escuela de Veterinaria en Santiago de Compostela. Ésta, sin embargo, desaparecería en 1924.
En 1953 un nuevo Plan de Estudios flexibiliza el sistema y otorga ciertas capacidades de decisión a las Facultades, que pueden proponer modificaciones del mismo para adaptarlo a su propia orientación y peculiaridades docentes y científicas.
Muy importante, desde un punto de vista organizativo, fue la creación en 1965 de los Departamentos como unidades estructurales. En 1967 se puso en marcha un nuevo Plan de Estudios. Como novedad del mismo cabe señalar la presencia de asignaturas optativas distribuidas en tres especialidades: Clínicas y Epizootiología, Producción Animal y Sanidad e Industria de los Alimentos.
En 1970, la Ley de D. José Luis Villar Palasí establece un primer ciclo de tres años común, un segundo ciclo de dos años con intención de especialización y un tercer ciclo de especialización concreta con fines de docencia e investigación. En cumplimiento de estas reformas, en 1973 se publicó otro Plan de Estudios en cuyo segundo ciclo figuraban las especialidades de Medicina y Sanidad, Producción Animal y Economía y Bromatología, Sanidad y Tecnología de los Alimentos. Este Plan incrementó la formación básica e hizo efectivas las especialidades en el segundo ciclo.
En 1979 la Facultad de Veterinaria de León elaboró un Plan de Estudios propio para este Centro dado que no se alcanzaron acuerdos con otras Facultades para modificar el Plan de 1973.
Pero, también en 1979, ocurre un hecho de la mayor importancia: se crea la Universidad de León. La Facultad de Veterinaria fue el principal argumento para la creación de esta nueva Universidad. Su bandera será de color verde, color de la Facultad de Veterinaria.
El Plan de Estudios de 1979 fue modificado en 1989 y en 1992, llegando hasta nuestros días. En 2003 fue aprobado un Plan de Estudios Renovado que ha entrado en vigor paulatinamente a partir del Curso Académico 2004-05.
Desde 1992, la Facultad de Veterinaria imparte una segunda Licenciatura en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, que ha agrandado su dimensión docente.
Durante el año 2002, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León celebró el sesquicentenario de su creación, un firme fundamento sobre el que basar el futuro.
El día 11 de junio de 2003, en el que Don Félix Gordón Ordás habría cumplido ciento dieciocho años, se celebró un emotivo Acto Académico en la Facultad de Veterinaria con motivo de la repatriación de sus cenizas y de las de su esposa. Sesenta y siete años después de su salida de España, cumpliendo los deseos que dejó escritos de reposar en León, una parte de sus cenizas fueron aventadas por su hija, Doña Brunilda Gordón Carmona, en el pinar de la Candamia; el resto se reservaron para el Panteón de Hombres Ilustres de León.
Además de su familia, hicieron posible este acto, de la más elemental justicia, el Ayuntamiento de León, la Fundación Vela-Zanetti, la Organización Colegial Veterinaria Española y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León.
El Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de León le restituyó su Título de Presidente de Honor del Colegio de Veterinarios de León y el Presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España entregó a su hija el nombramiento, a título póstumo, de Presidente de Honor de esta Institución en reconocimiento de la dignificación y organización de la Profesión Veterinaria a las que Don Félix contribuyó decisivamente.
Por su parte, el Ilmo. Sr. Alcalde del Ayuntamiento de León entregó a Doña Brunilda Gordón Carmona el nombramiento de Don Félix Gordón Ordás como Hijo Predilecto de la Ciudad de León.
La recuperación de la memoria de la figura histórica más trascendente de nuestros 150 años de existencia no puede ya hacer justicia pero, sesenta y siete años después, el espíritu de Don Félix Gordón Ordás vuelve a estar presente en ésta, su casa. Una vez rehabilitada su memoria y su obra, este espíritu debe ser recuperado y desarrollado para que sirva de modelo y referencia de la manera de afrontar con coherencia la propia existencia en lo humano, lo profesional, lo social y lo ético. Un espíritu que, una vez en casa, debemos sintonizar con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro para que tan poderosa medicina resulte eficaz.
«Bienvenido a casa, Don Félix Antonio Gordón Ordás»